¿Para qué sirve la Astrología? (II)

Casi todas las personas anhelamos recursos y conocimientos que puedan ser de utilidad para nuestra vida. A menudo esto nos aboca a una búsqueda misteriosa y solitaria, no sabemos dónde encontrar la información o a las personas que necesitamos para ello. Comencemos por el principio:

 

Desde que decidimos nacer (sí, querido lector, he dicho que todos decidimos nacer en un momento determinado) lo primero que percibimos es un espacio físico al que llamaremos “hogar”, donde se ubicarán nuestros primeros años de vida. A continuación, lo más probable es que veamos a dos o más seres extraños que nos miran, unos con una tierna mirada de bienvenida, otros con curiosidad o indiferencia.

 

Para explicar este concepto astrológico del modo más sencillo posible, a veces recurro a un famoso chiste de un cómico fallecido: “Señora Fulgencia (así se llamaba la portera del edificio), ya puede anunciar a mis padres que he nacido, si desean venir a verme a casa estoy listo para recibirles.”

 

A medida que crezcamos, iremos conociendo al resto de la familia: amigos, entorno social, el barrio, la escuela, el afecto y el amor, el trabajo, la diversión. Más tarde, a nuestros propios hijos… También experimentaremos la climatología del lugar que habitamos, según el caso más llevadera o adversa.

 

Pero apenas sabemos nada de lo que nos contiene, del espacio exterior y la cúpula celeste. Sólo algunos científicos intentan desentrañar lo que sucede “allá arriba” —por decirlo de una forma gráfica—, y muy pocos en la historia de la humanidad han sido capaces de explorar y reflexionar en profundidad sobre el significado del Sol, los planetas y su incidencia en nuestras vidas.

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