Adict@s a la consulta astrológica
Como cualquier otro trabajo, la Astrología también tiene sus protagonistas recurrentes, y hoy me gustaría hablaros de un tipo de consultante que abunda especialmente. Me refiero a esas personas adictas a la consulta astrológica, obsesionadas por saber cuándo aparecerá el amor de sus vidas:
“En el último año y medio he conocido a tres tipos diferentes de mujer, pero no han terminado de cuajar ninguna de las relaciones. El caso es que son ellas las que me dejan, y no entiendo bien el motivo de todos estos abandonos.”
Ésta debería ser la manera más adecuada de sincerarse con el astrólogo y con un@ mism@, pero apenas ocurre así. Muy al contrario, lo habitual es que tras cada nueva ruptura est@s consultantes acudan a la consulta y enlacen a bocajarro las clásicas preguntas:
“¿Aparece en mi carta astral alguna próxima pareja? ¿En qué fechas? ¿Viene ya con hijos? ¿Cómo es él, o ella?”
Aceptando que una ruptura sentimental es un acontecimiento relevante que siempre implica un proceso de duelo, conviene evitar en lo posible caer en el drama: Es absolutamente normal que una relación de pareja pueda concluir en un momento dado. Los motivos pueden ser de lo más variado: incompatibilidad de caracteres, escasa sintonía personal, una deficiente comunicación, proyectos dispares de futuro, tensiones a la hora de gestionar la economía familiar, desinterés por la gestación o crianza de hijos, etc.
Con todo, el patrón más común que he podido observar en las personas obsesionadas por encontrar ese gran amor es el escaso trabajo personal. Por lo general, se observan poco a sí mism@s y confían su realización a su pareja; Esperan que la otra persona tome la iniciativa y asuma el riesgo o la responsabilidad que van implícitos en las decisiones importantes. Buscan a una persona que les salve y proteja de las limitaciones que les vienen dadas desde su infancia y, lamentablemente, a menudo carecen de autocrítica. Por eso, en lugar de descubrir los auténticos motivos que les dificultan mantener relaciones de pareja sanas, estables y equitativas, desean que su próxima pareja sea menos complicada que las anteriores y sepa comprenderles —a pesar de que a duras penas puedan comprenderse a sí mism@s—y aceptarles tal como son: el ombligo del mundo. 😉
Si nos observamos como seres individuales —con nuestra filosofía de vida, nuestros principios y nuestro pasado, con nuestras virtudes y carencias— y realizamos de vez en cuando una “jornada de puertas abiertas” para que otr@s puedan conocernos mejor, sin miedo a mostrar nuestros aspectos más frágiles o nuestros sentimientos más puros… el encaje con nuestra pareja tendrá mejores perspectivas de éxito.
Es lícito y humano querer saber cuándo vamos a encontrar pareja, y cómo será esa persona. Pero antes deberíamos averigüar si estamos preparad@s para entregarnos a dicha relación. El primer paso siempre debe ser la honestidad con un@ mism@.