¿Para qué sirve la Astrología? (III)

El horóscopo, la astrología, las cartas natales y las previsiones de futuro, son herramientas ancestrales que pueden ayudarnos a comprender de manera sencilla cual es el papel que debemos desarrollar en el mundo que habitamos y compartimos con otros semejantes.

 

Poco sabemos de las leyes que rigen el universo y, sin embargo, nos atrevemos a cuestionar cualquier idea que ponga en peligro la lógica de nuestro intelecto. Recelamos de todo lo que nos haga dudar, porque esa inseguridad parece hacernos perder el control sobre nuestra propia vida. Ignoramos cómo construir saludablemente nuestra autoestima, así que nos aferramos a ideas que vamos adoptando como propias, y nuestro ego se identifica rígidamente con ellas.

 

Apenas sabemos nada de cómo interactúan los planetas entre sí, y con el Sol. También ignoramos su influencia sobre la Tierra y las enzimas que la habitan (nosotros, los seres humanos), pero muchos se burlan con arrogancia de aquello que ignoran. Otras personas, por el contrario, acuden a la astrología con curiosidad, respeto y humildad. Si perteneces a este segundo grupo, hay algunas cosas que me gustaría compartir contigo, de manera muy resumida:

 

1. La necesidad que cada individuo tiene de ocupar y desarrollar su propio espacio en la gran maquinaria celeste determina su nacimiento.

 

2. Es necesario experimentar cada vida o reencarnación de un modo consciente, y en armonía con el Sistema que lo contiene.

 

3. Las Leyes que rigen el lugar que habitas son comunes para todos, aprender a interpretar dichas Leyes nos permite convivir con ellas de forma más eficaz y armoniosa. 

 

4. A lo largo de la historia han existido filósofos, humanistas, esoteristas y astrólogos dedicados al estudio y observación de las Leyes que rigen los designios de la Humanidad. Su legado nos permite ampliar nuestra riqueza espiritual.

 

5. La evolución humana es individual y grupal. Aunque aún estemos muy lejos de comprender esto en profundidad, UNO no puede existir sin los OTROS, y para el Universo todo forma parte de todo. 

 

6. Hasta que no aprenda a crecer como individuo y llevar equilibrio a mi vida, estaré condenado a repetir una y otra vez viejos patrones de convivencia con mi entorno.

 

7. Nada ni nadie escapa a la rueda de la vida. Dios —el Universo, o como prefiramos llamarlo— sabe de antemano lo que ha de suceder, y a cada uno de nosotros nos ha reservado un lugar y un destino que cumplir. Nos corresponde a nosotros recorrer el camino, con una visión de conjunto y siendo cada vez más conscientes y sensibles. Sólo una conciencia global podrá vencer los males que aquejan a nuestra sociedad: la insolidaridad, la mentira, el dolor, la enfermedad, la desidia, etc.

 

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