La influencia de los planetas
Muchos libros cuentan que los planetas influyen sobre nosotros de distintas formas. Pero también que las personas pueden cambiar las influencias de los mismos. En resumidas cuentas, las inclinaciones planetarias pueden ser vencidas por nuestra voluntad. Esto no es fácil de aceptar para un astrólogo, que a diario constata otra realidad en su consulta, a través de las vivencias de los clientes que se ven zarandeados por el destino previamente anunciado, y contra el que poco o nada supieron hacer.
La afirmación de “los planetas inclinan pero no obligan” es como siempre una forma egocéntrica de considerar al ser humano como el centro del universo pero, aunque la teoría geocéntrica es imprescindible para levantar la carta natal y estudiar las influencias planetarias, es más importante considerar a la persona y el sistema solar como un solo ente. Por tanto, es más una cuestión de perspectiva que de otra cosa.
Desde este punto de vista, el individuo es el más insignificante de los elementos teniendo en cuenta el lugar que ocupa en el sistema que lo contiene. Cuanto mayor sea la evolución personal, más y mejor será la interacción de cada planeta en la respectiva carta natal, hasta el punto de suprimir la mal llamada “influencia” por la intercomunicación de elementos, hechos y voluntades.
Otro elemento importante es la facultad de atenuar nuestros conflictos o áreas más complicadas dentro de la carta natal, con la interacción de otras menos complicadas. Imaginad a una persona introvertida y poco dada a interactuar con los demás, lo que le acarrea grandes problemas psicológicos; y por otro lado, un amigo de la infancia que fuera todo lo contrario, muy alegre y lleno de experiencias en el ámbito social, que le anima y le introduce poco a poco en su mundo de relaciones. Así, nos encontraríamos ante dos cartas natales muy diferentes, pero cuya interacción podría aliviar el sufrimiento de una de las partes, en una cuestión concreta de su vida.